top of page

En la búsqueda de una mesa para mi casa llegué a conocer a Daniel, oriundo de Mar del Plata, que ahora vive en Ayacucho, aunque es un poco de todos lados.

Quería ser veterinario pero no pudo, tuvo que trabajar. Fue modelo de pasarela en Buenos Aires y ahora lo buscan para hacer canchas de bowling en diferentes partes del país.

Lo que me llamó la atención de este hombre fue su oficio,  era como una especie de inventor o  restaurador. Cuando le dije que era como un carpintero,  me dijo que no, que  no se considera un carpintero, que él es otra cosa. Cuando le pregunté cómo se definía,  me dijo artesano.

En su taller, que es un gran galpón, hay de todo; maderas, puertas, ventanas, cocinas viejas, paraguas, lámparas, carteles, hasta los huesos de una cabeza de vaca con cuernos.  Hay cosas rotas que a simple vista no sirven para nada, cosas que ni él sabe que las tiene o para que las tiene,  pero dice que todo se puede utilizar.

Toda la materia prima que usa para trabajar es usada y vieja. Recorre remates de pueblos vecinos , levanta infraestructuras de campos en venta y hasta lo llaman cuando alguna casa vieja se está por vender.   

 

" Cuando voy a un remate o a un campo algo me tengo que llevar", confiesa.

 

Lo que más le gusta hacer es pensar cómo utilizar esas piezas viejas para convertirlas en otra cosa. Esta fue la anécdota que me contó. Un día, una persona se acercó a su taller con un mueble. Era grande y no sabían qué hacer con él. Daniel se lo compró sin dudarlo. Días después, esa misma persona volvió al taller, y mirando entre todas las cosas decidió llevarse una biblioteca. Nunca supo que esa biblioteca era el mismo mueble que había dejado ahí días atrás. Daniel se había encargado de darle una nueva forma.

Cuando me terminó de contar la historia, lo primero que me dijo fue que en ese momento no había querido aclararle al dueño de dónde había salido esa biblioteca porque pensaba que lo iba a tomar a mal; como si estuviese engañando a esa persona por venderle algo que él mismo había dejado ahí.

En realidad esa aclaración que a Daniel le generaba dudas, no era otra cosa que su propio trabajo. Ahí estaba su oficio, lo que él sabía hacer: tener la capacidad de poder transformar las cosas, de poder ver, los que otros no pueden. 

"El Artesano"

bottom of page